miércoles, diciembre 16, 2015

La noche y el día contemporáneo

»[…] vi la noche y el día contemporáneo, vi un poniente en Querétaro que parecía reflejar el color de una rosa de Bengala, […]«

»[…] saw simultaneous night and day, saw a sunset in Querétaro that seemed to reflect the color of a rose in Bengal […]«

Jorge Luis Borges, El Aleph, fragmento, 1945. 

domingo, septiembre 20, 2015

El color de la luna


¡Quién pudiera decirnos el color de la luna!
Los pintores jamás tuvieron la fortuna
de sorprenderlo. Nunca lo definió el poeta.
No tiene nombre en el habla, ni tono en la paleta.

Hace miles de años que los tristes la miran.
Hace miles de años que los novios suspiran
de pena o de placer a su luz oportuna,
¡y nadie sabe aún el color de la luna!

De fijo que no es oro, de fijo que no es plata
ni nácar ni alabastro, esa claridad grata,
para la dicha, cómplice; para el dolor, discreta;
Farol de los ausentes y de la serenata,
sudario misterioso de un ya muerto planeta.

Los que hemos contemplado tras los reveladores
Vidrios de un objetivo esos terminadores
que fingen filigranas tenues, inmateriales
casi; los que, asomados a los limpios cristales
del ocular, miramos amanecer en esas
montañas que destacan de las sombras espesas
cada cúspide cual estrella diminuta,
mientras yacen sus moles en tiniebla absoluta;

los que vemos ¡oh luna!, esa luz cenicienta
que en tu hemisferio oscuro tímida nos orienta
y que proviene acaso de nuestro fulgor mismo,
del claro de la tierra, que a través del abismo
va a alumbrarte en las noches, apreciamos mejor
el raro y delicioso matiz del tu fulgor.

Mas, a pesar de todo, comprendemos también
que no existen palabras que lo concreten bien;
y que hay en ese beso divino que nos das
el prestigio celeste de que nunca jamás
podremos definirlo con expresión completa:
¡no tiene nombre en el habla ni tono en la paleta!

¿Quien lograra en futuras edades, la fortuna
de acertar a decirnos el color de la luna?


Amado Nervo, Serenidad.

sábado, septiembre 19, 2015

Praha, again…


Y Dios lo hizo morir durante cien años
y luego lo animó y le dijo:
-¿Cuánto tiempo has estado aquí?
-Un día o parte de un día, respondió.

Alcorán, II, 261.

La noche del catorce de marzo de 1939, en un departamento de la Zeltnergasse de Praga, Jaromir Hladík, autor de la inconclusa tragedia Los enemigos, de una Vindicación de la eternidad y de un examen de las indirectas fuentes judías de Jakob Boehme, soñó con un largo ajedrez. No lo disputaban dos individuos sino dos familias ilustres; la partida había sido entablada hace muchos siglos; nadie era capaz de nombrar el olvidado premio, pero se murmuraba que era enorme y quizá infinito; las piezas y el tablero estaban en una torre secreta; Jaromir (en el sueño) era el primogénito de una de las familias hostiles; en los relojes resonaba la hora de la impostergable jugada; el soñador corría por las arenas de un desierto lluvioso y no lograba recordar las figuras ni las leyes del ajedrez. En ese punto, se despertó. Cesaron los estruendos de la lluvia y de los terribles relojes. Un ruido acompasado y unánime, cortado por algunas voces de mando, subía de la Zeltnergasse. Era el amanecer, las blindadas vanguardias del Tercer Reich entraban en Praga.

El diecinueve, las autoridades recibieron una denuncia; el mismo diecinueve, al atardecer, Jaromir Hladík fue arrestado. Lo condujeron a un cuartel aséptico y blanco, en la ribera opuesta del Moldau. No pudo levantar uno solo de los cargos de la Gestapo: su apellido materno era Jaroslavski, su sangre era judía, su estudio sobre Boehme era judaizante, su firma delataba el censo final de una protesta contra el Anschluss. En 1928, había traducido el Sepher Yezirah para la editorial Hermann Barsdorf; el efusivo catálogo de esa casa había exagerado comercialmente el renombre del traductor; ese catálogo fue hojeado por Julius Rothe, uno de los jefes en cuyas manos estaba la suerte de Hladík. No hay hombre que, fuera de su especialidad, no sea crédulo; dos o tres adjetivos en letra gótica bastaron para que Julius Rothe admitiera la preeminencia de Hladík y dispusiera que lo condenaran a muerte, pour encourager les autres. Se fijó el día veintinueve de marzo, a las nueve a.m. Esa demora (cuya importancia apreciará después el lector) se debía al deseo administrativo de obrar impersonal y pausadamente, como los vegetales y los planetas.

El primer sentimiento de Hladík fue de mero terror. Pensó que no lo hubieran arredrado la horca, la decapitación o el degüello, pero que morir fusilado era intolerable. En vano se redijo que el acto puro y general de morir era lo temible, no las circunstancias concretas. No se cansaba de imaginar esas circunstancias: absurdamente procuraba agotar todas las variaciones. Anticipaba infinitamente el proceso, desde el insomne amanecer hasta la misteriosa descarga. Antes del día prefijado por Julius Rothe, murió centenares de muertes, en patios cuyas formas y cuyos ángulos fatigaban la geometría, ametrallado por soldados variables, en número cambiante, que a veces lo ultimaban desde lejos; otras, desde muy cerca. Afrontaba con verdadero temor (quizá con verdadero coraje) esas ejecuciones imaginarias; cada simulacro duraba unos pocos segundos; cerrado el círculo, Jaromir interminablemente volvía a las trémulas vísperas de su muerte. Luego reflexionó que la realidad no suele coincidir con las previsiones; con lógica perversa infirió que prever un detalle circunstancial es impedir que éste suceda. Fiel a esa débil magia, inventaba, para que no sucedieran, rasgos atroces; naturalmente, acabó por temer que esos rasgos fueran proféticos. Miserable en la noche, procuraba afirmarse de algún modo en la sustancia fugitiva del tiempo. Sabía que éste se precipitaba hacia el alba del día veintinueve; razonaba en voz alta: Ahora estoy en la noche del veintidós; mientras dure esta noche (y seis noches más) soy invulnerable, inmortal. Pensaba que las noches de sueño eran piletas hondas y oscuras en las que podía sumergirse. A veces anhelaba con impaciencia la definitiva descarga, que lo redimiría, mal o bien, de su vana tarea de imaginar. El veintiocho, cuando el último ocaso reverberaba en los altos barrotes, lo desvió de esas consideraciones abyectas la imagen de su drama Los enemigos.

Hladík había rebasado los cuarenta años. Fuera de algunas amistades y de muchas costumbres, el problemático ejercicio de la literatura constituía su vida; como todo escritor, medía las virtudes de los otros por lo ejecutado por ellos y pedía que los otros lo midieran por lo que vislumbraba o planeaba. Todos los libros que había dado a la estampa le infundían un complejo arrepentimiento. En sus exámenes de la obra de Boehme, de Abnesra y de Flood, había intervenido esencialmente la mera aplicación; en su traducción del Sepher Yezirah, la negligencia, la fatiga y la conjetura. Juzgaba menos deficiente, tal vez, la Vindicación de la eternidad: el primer volumen historia las diversas eternidades que han ideado los hombres, desde el inmóvil Ser de Parménides hasta el pasado modificable de Hinton; el segundo niega (con Francis Bradley) que todos los hechos del universo integran una serie temporal. Arguye que no es infinita la cifra de las posibles experiencias del hombre y que basta una sola "repetición" para demostrar que el tiempo es una falacia... Desdichadamente, no son menos falaces los argumentos que demuestran esa falacia; Hladík solía recorrerlos con cierta desdeñosa perplejidad. También había redactado una serie de poemas expresionistas; éstos, para confusión del poeta, figuraron en una antología de 1924 y no hubo antología posterior que no los heredara. De todo ese pasado equívoco y lánguido quería redimirse Hladík con el drama en verso Los enemigos. (Hladík preconizaba el verso, porque impide que los espectadores olviden la irrealidad, que es condición del arte.)

Este drama observaba las unidades de tiempo, de lugar y de acción; transcurría en Hradcany, en la biblioteca del barón de Roemerstadt, en una de las últimas tardes del siglo diecinueve. En la primera escena del primer acto, un desconocido visita a Roemerstadt. (Un reloj da las siete, una vehemencia de último sol exalta los cristales, el aire trae una arrebatada y reconocible música húngara.) A esta visita siguen otras; Roemerstadt no conoce las personas que lo importunan, pero tiene la incómoda impresión de haberlos visto ya, tal vez en un sueño. Todos exageradamente lo halagan, pero es notorio -primero para los espectadores del drama, luego para el mismo barón- que son enemigos secretos, conjurados para perderlo. Roemerstadt logra detener o burlar sus complejas intrigas; en el diálogo, aluden a su novia, Julia de Weidenau, y a un tal Jaroslav Kubin, que alguna vez la importunó con su amor. Éste, ahora, se ha enloquecido y cree ser Roemerstadt... Los peligros arrecian; Roemerstadt, al cabo del segundo acto, se ve en la obligación de matar a un conspirador. Empieza el tercer acto, el último. Crecen gradualmente las incoherencias: vuelven actores que parecían descartados ya de la trama; vuelve, por un instante, el hombre matado por Roemerstadt. Alguien hace notar que no ha atardecido: el reloj da las siete, en los altos cristales reverbera el sol occidental, el aire trae la arrebatada música húngara. Aparece el primer interlocutor y repite las palabras que pronunció en la primera escena del primer acto. Roemerstadt le habla sin asombro; el espectador entiende que Roemerstadt es el miserable Jaroslav Kubin. El drama no ha ocurrido: es el delirio circular que interminablemente vive y revive Kubin.

Nunca se había preguntado Hladík si esa tragicomedia de errores era baladí o admirable, rigurosa o casual. En el argumento que he bosquejado intuía la invención más apta para disimular sus defectos y para ejercitar sus felicidades, la posibilidad de rescatar (de manera simbólica) lo fundamental de su vida. Había terminado ya el primer acto y alguna escena del tercero; el carácter métrico de la obra le permitía examinarla continuamente, rectificando los hexámetros, sin el manuscrito a la vista. Pensó que aun le faltaban dos actos y que muy pronto iba a morir. Habló con Dios en la oscuridad. Si de algún modo existo, si no soy una de tus repeticiones y erratas, existo como autor de Los enemigos. Para llevar a término ese drama, que puede justificarme y justificarte, requiero un año más. Otórgame esos días, Tú de Quien son los siglos y el tiempo. Era la última noche, la más atroz, pero diez minutos después el sueño lo anegó como un agua oscura.

Hacia el alba, soñó que se había ocultado en una de las naves de la biblioteca del Clementinum. Un bibliotecario de gafas negras le preguntó: ¿Qué busca? Hladík le replicó: Busco a Dios. El bibliotecario le dijo: Dios está en una de las letras de una de las páginas de uno de los cuatrocientos mil tomos del Clementinum. Mis padres y los padres de mis padres han buscado esa letra; yo me he quedado ciego, buscándola. Se quitó las gafas y Hladík vio los ojos, que estaban muertos. Un lector entró a devolver un atlas. Este atlas es inútil, dijo, y se lo dio a Hladík. Éste lo abrió al azar. Vio un mapa de la India, vertiginoso. Bruscamente seguro, tocó una de las mínimas letras. Una voz ubicua le dijo: El tiempo de tu labor ha sido otorgado. Aquí Hladík se despertó.

Recordó que los sueños de los hombres pertenecen a Dios y que Maimónides ha escrito que son divinas las palabras de un sueño, cuando son distintas y claras y no se puede ver quien las dijo. Se vistió; dos soldados entraron en la celda y le ordenaron que los siguiera.

Del otro lado de la puerta, Hladík había previsto un laberinto de galerías, escaleras y pabellones. La realidad fue menos rica: bajaron a un traspatio por una sola escalera de fierro. Varios soldados -alguno de uniforme desabrochado- revisaban una motocicleta y la discutían. El sargento miró el reloj: eran las ocho y cuarenta y cuatro minutos. Había que esperar que dieran las nueve. Hladík, más insignificante que desdichado, se sentó en un montón de leña. Advirtió que los ojos de los soldados rehuían los suyos. Para aliviar la espera, el sargento le entregó un cigarrillo. Hladík no fumaba; lo aceptó por cortesía o por humildad. Al encenderlo, vio que le temblaban las manos. El día se nubló; los soldados hablaban en voz baja como si él ya estuviera muerto. Vanamente, procuró recordar a la mujer cuyo símbolo era Julia de Weidenau...

El piquete se formó, se cuadró. Hladík, de pie contra la pared del cuartel, esperó la descarga. Alguien temió que la pared quedara maculada de sangre; entonces le ordenaron al reo que avanzara unos pasos. Hladík, absurdamente, recordó las vacilaciones preliminares de los fotógrafos. Una pesada gota de lluvia rozó una de las sienes de Hladík y rodó lentamente por su mejilla; el sargento vociferó la orden final.

El universo físico se detuvo.

Las armas convergían sobre Hladík, pero los hombres que iban a matarlo estaban inmóviles. El brazo del sargento eternizaba un ademán inconcluso. En una baldosa del patio una abeja proyectaba una sombra fija. El viento había cesado, como en un cuadro. Hladík ensayó un grito, una sílaba, la torsión de una mano. Comprendió que estaba paralizado. No le llegaba ni el más tenue rumor del impedido mundo. Pensó estoy en el infierno, estoy muerto. Pensó estoy loco. Pensó el tiempo se ha detenido. Luego reflexionó que en tal caso, también se hubiera detenido su pensamiento. Quiso ponerlo a prueba: repitió (sin mover los labios) la misteriosa cuarta égloga de Virgilio. Imaginó que los ya remotos soldados compartían su angustia: anheló comunicarse con ellos. Le asombró no sentir ninguna fatiga, ni siquiera el vértigo de su larga inmovilidad. Durmió, al cabo de un plazo indeterminado. Al despertar, el mundo seguía inmóvil y sordo. En su mejilla perduraba la gota de agua; en el patio, la sombra de la abeja; el humo del cigarrillo que había tirado no acababa nunca de dispersarse. Otro "día" pasó, antes que Hladík entendiera.

Un año entero había solicitado de Dios para terminar su labor: un año le otorgaba su omnipotencia. Dios operaba para él un milagro secreto: lo mataría el plomo alemán, en la hora determinada, pero en su mente un año transcurría entre la orden y la ejecución de la orden. De la perplejidad pasó al estupor, del estupor a la resignación, de la resignación a la súbita gratitud.

No disponía de otro documento que la memoria; el aprendizaje de cada hexámetro que agregaba le impuso un afortunado rigor que no sospechan quienes aventuran y olvidan párrafos interinos y vagos. No trabajó para la posteridad ni aun para Dios, de cuyas preferencias literarias poco sabía. Minucioso, inmóvil, secreto, urdió en el tiempo su alto laberinto invisible. Rehizo el tercer acto dos veces. Borró algún símbolo demasiado evidente: las repetidas campanadas, la música. Ninguna circunstancia lo importunaba. Omitió, abrevió, amplificó; en algún caso, optó por la versión primitiva. Llegó a querer el patio, el cuartel; uno de los rostros que lo enfrentaban modificó su concepción del carácter de Roemerstadt. Descubrió que las arduas cacofonías que alarmaron tanto a Flaubert son meras supersticiones visuales: debilidades y molestias de la palabra escrita, no de la palabra sonora... Dio término a su drama: no le faltaba ya resolver sino un solo epíteto. Lo encontró; la gota de agua resbaló en su mejilla. Inició un grito enloquecido, movió la cara, la cuádruple descarga lo derribó.

Jaromir Hladík murió el veintinueve de marzo, a las nueve y dos minutos de la mañana.


Jorge Luis Borges, El milagro secreto, en Ficciones, 1944.

sábado, agosto 29, 2015

Gabriela Beňačková sings Rusalka's Měsíčku na nebi

I only know this beauty song in the voice of Sarah Brightman, but Tinka share this beautiful version and wrotr to me: »Rusalka sings: "Moon, stop for a while... Tell me, tell me, where my milý is..."«. Thank you very much dearest Tinka and cheers for the full moon…!

viernes, agosto 21, 2015

Beethoven Piano Concerto in B♭, Op. 19: II. Adagio




Ludwig van Beethoven: Piano Concerto in B flat major, Op. 19, II. Adagio.
Martha Argerich, piano; Gábor Takács-Nagy, conductor; Verbier Festival Chamber Orchestra.Verbier Festival & Academy. July 22, 2009, Salle Médran, Verbier (Switzerland)

domingo, agosto 16, 2015

Tinka, and Brno

For my post number 1,500, I chose to celebrate with this clip about the city of Brno in the Czech Republic and for two good reasons. In this city were born almost at the same time two wonderful persons that mean so much for me but in different scale. First my favorite concert singer: the mezzo-soprano Magdalena Kožená, with her incredible technique and beautiful timbre. And secondly and evidently most important my woman Tinka, who is my reason, my joy and happiness and which has an intelligence and a soul they made me fall in love so deeply. For you Tinka this little celebration about your hometown!

Para mi post número 1500, he optado por celebrar con este vídeo sobre la ciudad de Brno, en la República Checa y por dos buenas razones. En esta ciudad nacieron casi al mismo tiempo, dos personas maravillosas que significan mucho para mí, pero en diferente escala. En primer lugar mi cantante de concierto favorita: la mezzosoprano Magdalena Kožená, con su increíble técnica y hermoso timbre. Y en segundo lugar, y evidentemente más importante, Tinka mi mujer, que es mi razón, mi alegría y felicidad y que tiene una inteligencia y un alma que hicieron que me enamorara profundamente de ella. ¡Para ti Tinka esta pequeña celebración de tu ciudad natal!

viernes, agosto 14, 2015

Pro Tinka

El Golem

Si (como el griego afirma en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa,
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.

Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.

Adán y las estrellas los supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.

Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.

No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.

Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,

la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.

El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.

Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquello, Otros.

(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)

El rabí le explicaba el universo
«Esto es mi pie; esto el tuyo; esto la soga»
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.

Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.

Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.

Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)

Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.

El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. ¿Cómo (se dijo)
pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?

¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?

En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?

Jorge Luis Borges, El Golem en El otro, el mismo, 1964.

lunes, agosto 10, 2015

Robert Křesťan: Noc



Ozvěna od Svatého Pavla

zalétla i k nám do pokoje

z příšeří jsi na mě mávla

úsměvem lorda Fauntleroye

Zpod toho prastarého gesta

ti ve tváři vykvetl sad

a po střechách věčného města

kráčela noc jako aristokrat



V podkroví starého domu

s blaženou nevinností

palčivou chuť kardamomu

chutnali jsme si do sytosti

Až dvojhlasem zavřískly žestě

a v nesvatém slunci Hirošimy

smíření ve svatém městě

jsme nakonec dospěli i my



Ráno jsi vypila kávu

a odešla dřív než jsem vstal

ani jsem nezdvihl hlavu

ani jsem nezamával

To jen zvoníci zmámili mě

prvními tóny velikonoc

to nás jen v hotelu v Římě

na pár chvil spojila noc

domingo, agosto 09, 2015

Stacey Kent: Come Live With Me


Come live with me and be my love,
And we will all the pleasures prove
That hills and valleys, dales and fields,
And all the craggy mountains yield.

Come live with me and be my love...

There will I make you a bed of roses
With a thousand fragrant posies,
If these pleasures may you move,
Come live with me and be my love...

The shepherd swains shall dance and sing
For your delight each May-morning:
If these delights your mind may move,
Then live with me and be my love.

Come live with me and be my love...

Come live with me and be my Love,
And we will all the pleasures prove
A belt of straw and ivy buds
With coral clasps and amber studs

Come live with me and be my love...

There will I make you a bed of roses
With a thousand fragrant posies,
If these pleasures may you move,
Then live with me and be my love.

Come live with me and be my love...

If that the world and love were young,
And truth in every shepherd's tongue,
These pretty pleasures might me move
To live with you and be your love.

Come live with me and be my love...

miércoles, agosto 05, 2015

Lásko, voníš deštěm

Marie Rottrová.


Lásko voníš deštěm.

Jde déšť a já jdu s ním
jdu městem jenž znám
a hledám stopy včerejší včerejší
jdu stejným směrem jak dřív
a vzpomínám
a všechno zdá se krásnější

Ach Lásko voníš deštěm
tady si řek
myslím že vítr tehdy vál vítr vál
jsou to už stovky let
kabát si svlék
a byl mi velký ale hřál
krásná Lásko

Jak dlouho dlouho ještě
půjdu ti vstříc
člověk je velmi krátce živ krátce živ
má Lásko voníš deštěm
jsi z plískanic
však hřeješ stejně jako dřív

I déšť jak dřív je stejný
i já já jsem táž
Jen cosi skříplo v orlojích v orlojích
Byls tu a stále jsi jenom se ukrýváš
Jdu deštěm ve tvých šlépějích
ó má Lásko.

martes, agosto 04, 2015

Genesis


In the beginning God created the world… but this was only the beginning. We went before the beginning. Do you remember? Nothing was different and everything too. We met and it was perfect. At that seedbed of universes, we met and we being liked each other, after all we are very similar and so different… Life in what humans erroneously called paradise, it was not bad. You could live without sun, no rain, no night. We started to recognize each other, to talk about the essentials: love. We treat us as equals because we are. Without time, the perfect, closed world… should not call it that, but there is no word to describe it. A simple life, if can embrace the idea these words.

And not that it was unusual to see couples in the place, on the contrary, it was common. But entities as us we like solitude. Staying in all to ourselves to find the truth. So the strangeness of the peers by seeing us together. I think then the two were happy… but only for that moment.

A good time He came up with this idea. He called us all to explain his plan. The silence was all, like obedient response. With music, only I said that was not a good idea not worth sacrificing what we all had then. That you would not sense it too. And although you do not say anything, I knew it was indifference and because you shared my idea; you were afraid of him and rightly so. He did not like what I said. He was infatuated and the result is this: a whim. Then it began. Spacetime, shape, they walked around the mechanism. I still recall with a shudder the sacrifice of others, because so he could start his work needed materials and used what was at hand… but they did it with taste and everything happened as He wanted uneventful, at the end was missing something: more however, two somewhat.

You and I had just merge into one being when he started all this. He chose us; you and me. Would we should obedience? May be; maybe not… the fact is that we separated because this was missing two gears, two pieces. Then we were part of the whole as punishment for protesting. Would live separate, I do not feel you more; I know you would follow to exist after the conclusion of time, as before, before the beginning of time. But I could not have you near to me, here, together, inside of me; inside you. (And to think that men still believe the devil exists! If you knew the truth… the others laughs when they hear you speak of the devil. It is they who have fun with you)

Since then it has been the chase, get you through the universes, worlds, millennia, the possibilities. Climbing sequence each step of this almost infinite helix from below so far. Spending essence, force, matter, element; to object, body, being, human… and then cross the centuries, the threshold a thousand times a thousand, unable to find you. Watch the spectacle of humanity over and over again. Bored, anyway, to see the same thing always, with another set and other actors, but without you, looking for you. And the worst is that I know when it will end all this, and still much, much. Only the hope of meeting again has prevented annihilate me. He knows how to play and aside the conviction, created this mechanism for the punishment was eternal: the day that opposites come together… or when I finally finds you. And my only fear is that if we do concur, you do not recognize me. That, while it is deleted in thee my memory. Or that I did not recognize you, we pass by and we do not stop. Perhaps you are now in another rung, surely higher, cause always wanted more and more. Maybe  you finally reach the top.

You forgot me? Is it no longer remember? I am yourself! So we decided that time: remember that it was.

And now that I have you in front,
…And finally we agreed…



Génesis

En el principio Dios creó el mundo… pero esto era únicamente en el principio. Nosotros fuimos antes del principio. ¿Te acuerdas? Nada era diferente y todo también. Nos encontramos y fue perfecto. En aquel semillero de universos, nos conocimos y nos caímos bien: después de todo somos muy parecidos y tan diferentes… La vida en lo que los humanos erróneamente llaman paraíso, no era mala. Se podía vivir sin sol, sin lluvia, sin noche. Ahí empezamos a reconocernos uno al otro, a platicar sobre lo esencial: el amor. Nos tratamos como iguales porque lo somos. Sin tiempo, ese mundo cerrado, perfecto… no debería llamarlo así, pero no existe la palabra para describirlo. Una vida sencilla, si pueden abarcar  la idea estas palabras.

Y no es que fuera extraño ver parejas en aquel sitio, al contrario, era común. Pero a entes como nosotros nos gusta la soledad. Permanecer en lo único para poder dedicarnos a buscar la verdad. Por eso la extrañeza de los iguales al vernos juntos. Creo que entonces los dos fuimos felices… pero sólo por ese instante.

Un buen momento, a Él se le ocurrió esta idea. Nos llamó a todos para explicarnos su plan. El silencio fue lo único, como obediente respuesta. Con la música, únicamente yo expresé que no era buena idea: no valía la pena sacrificar lo que todos teníamos entonces. Que ustedes tampoco le verían sentido. Y aunque tu no dijiste nada, yo supe que era por indiferencia y porque compartías mi idea; le tenías miedo y con razón. No le gustó lo que dije. Estaba encaprichado y el resultado es éste: un capricho. Entonces comenzó. Espacio-tiempo, forma, echaron a andar todo su mecanismo. Aún recuerdo con un escalofrío el sacrificio de los otros, pues para que pudiera iniciar su obra necesitaba materiales y utilizó lo que tenía a mano… si bien ellos lo hicieron con gusto y todo pasaba como Él quería que transcurriese, al final faltó algo: más bien, dos algo.

Tu y yo acabábamos de fundirnos en un solo ser cuando Él comenzó todo esto. Nos eligió a nosotros; a ti y a mí. ¿Le debíamos obediencia? Tal vez sí; tal vez no… el caso es que nos separó pues a esto le faltaba dos engranajes, dos piezas. Entonces fuimos parte del todo como castigo por protestar. Viviríamos separados, no te sentiría más; sabría que seguirías existiendo después de la conclusión de los tiempos, como antes, antes del inicio del tiempo. Pero no te podría tener ni siquiera a mi lado, aquí, junto, dentro de mí; dentro de ti. (¡Y pensar que los hombres todavía creen que existe el diablo! Si ustedes supieran la verdad… lo que se ríen los otros cuando los escuchan hablar del demonio. Son ellos los que se divierten con ustedes)

Desde entonces ha sido este perseguirte, buscarte a través de los universos, los mundos, los milenios, las posibilidades. Escalar uno a uno cada peldaño de esta casi infinita helicoide desde abajo hasta ahora. Pasar de esencia, fuerza, materia, elemento; a objeto, organismo, ser, humano… y después cruzar los siglos, los umbrales una y mil veces mil, sin poder hallarte. Contemplar el espectáculo de la humanidad una vez tras otra. Aburrirme, en fin, de ver lo mismo siempre, con otra escenografía y otros actores pero sin ti, buscándote. Y lo peor es que yo sé cuándo terminará todo esto, y aún falta mucho, mucho. Sólo la esperanza de encontrarnos nuevamente ha evitado que me aniquile. Él sabe cómo jugar y aparte la condena, creó este mecanismo para que el castigo fuera eterno: el día que los contrarios se unan… o cuando yo al fin acierte contigo. Y mi único temor es que si convenimos, no me reconozcas. Que entre tanto se halla borrado en ti mi memoria. O que yo tampoco te reconozca, que pasemos de largo y no nos detengamos. Tal vez tú estás ahora en otro peldaño, seguro más arriba, pues siempre quisiste más y más. Quizá ya llegaste arriba.

¿Me has olvidado? ¿Es que ya no lo recuerdas? ¡Soy yo: tú misma! Así lo decidimos aquella vez: recuerda que así fue.

Y ahora que te tengo enfrente,
…y al fin que hemos coincidido…

domingo, agosto 02, 2015

El don


They said he wanted to see me. But most probably would not recognize me, or was not aware. But it had to see because it was not more timw. I wondered how it would be if the impression of seeing him again would be tolerable or the pain to know that soon no longer be alive I would get out, or even get there… but it was already underway.

Upon entering his house he came over me that feeling known only to those who have gone through the agony of a loved one, like a pungent smell of flowers that comes suddenly, is everywhere, filling all them, all; the faces of the people who love him —His family and friends— who had been the last days despite their desire, earrings him the outcome. So I was surprised to find that feeling amid the brightness of hope, that terrible evil in the face of her sister. I could hardly say hello; memories of other visits but few returned me to wonder if my presence was pleasing or distasteful to the point that just because I had called that special someone now prostrate was accepted, albeit temporarily. And it was her sister who also tried to get me to where he was. He tried, because despite the time elapsed remembered well where her room was, so with a simple thank you I know the way to put it more politely as possible, I headed beyond me.

Why? I was wondering what was coming; Why now, just now after long, long time? Maybe it was a way to shield myself anticipating, guessing the reason for this unplanned return, I never thought ... and with that look on my face was that I see him again after so again; and he saw me past all these years. Everything was natural, like last time, spontaneous: Why the hell did you get that face? It looks like you've seen a dead, and here are just a lover of Ker and after that comment by way of greeting, my inevitable, natural smile, transformed as before for his without folds, as if we could share the same humor and many others things now so far not only in time but also in the soul. And it was to go back in an instant despite the years that had left their indelible mark on our faces, in his hair and mine; as we were and we share touched only once: in downtime.

And we talked and talked and talked; We spoke for so many years to do so. As if all that happened between then and what did not stay together lost relevance: it did not hurt anymore. But that was; well we could and wanted to see it. It was so strange, worse that I understood much later. Because I completely forgot why I was there; or other reason that really was unknowingly yet. So the hours were consumed without feeling, as life-long-a whole did not. How can you tell everything that has made us what we are as little as one afternoon period? I do not know yet, but we did. When it finally came time to say goodbye, sensations, feelings, everything that we build on those few hours of nothing; retraced memories together and separately discharges created seemingly by chance, by nostalgia, by the memory … how wrong I was, because nothing happens by chance or by mistake, now I know, now that it is so late. Although perhaps not be so. I want to give something, a gift before you go, he said that with gleam in his eye, full of what no longer possess shortly. No need to give me anything; merely to see and share the air, memories, life through the word still is my gift enough, I muttered with more emotion than conviction, but it is no less sincerity; find their presence and, thus, complete, lucid and in the same mood as always: that mixture between black and tender was the best gift anyone could give me. Close your eyes repeated three times to my surprise and astonishment, until he said please, trust me which I could not refuse and gave in. Breathe deeply and relax; do not get nervous. I tried to ask what was what he wanted; it was absurd to be in that position; I tried to laugh but it was then when I felt it. It was like a faint mild heat that started on my waist and slowly began to move up the torax, the chest ... but it did not bother me at all; On the contrary, with that slight warm breeze that resembled the sweet breath of someone huge, it threw me an unexpected feeling of peace. At first I thought I was taking her by the waist, as I mistook that nice warm feeling starting with the electricity produced in my body once their hands; but when I realized that he really did not touch me at all my confusion it was total. However, repeating to trust him, not to be afraid, I relaxed and let myself be wrapped in the comforting feeling of peace that continued up through my throat, neck, and face up suddenly disappeared by the crown. So desperately I opened my eyes, because I felt the end was like losing something; but not sure what alarmed me. I could not ask anything because I found his eyes that smiled at me but they were full of tears: she was saying goodbye to me, to the life.

Shortly we said after the incident and was more in the language of the senses than by words. I left there with a part of me annihilated; an important part he had rescued from nothing, from oblivion imposed on us by living day to day and was immediately swallowed up. How hard it is to say goodbye even knowing that there is no choice. Two days later I was informed that he had finally died; How did he go? I asked. I was informed that the quieter way, running out like the light of a lamp that is over with its fuel; he just fell asleep. After hanging up, the feeling of peace he had experienced at his side at home, invaded me again, unwittingly I fell asleep on the couch. Before waking dream that I saw him and as always we met our smile was inevitable. I saw him happy and I saw myself happy to have found us again and that everything had been quiet between us. Nothing but to say we said goodbye with a gesture, muttered something, but I could not understand; then I woke up and when, simultaneously understood everything; repeating in my dream last thing he said to me before leaving home: enjoying my gift to enjoy life.

Since then I can breathe normally and all the symptoms of my illness not just quit bothering me: in the following studies I conducted myself, the disease had simply disappeared. The doctor said it was a miracle. I know that in reality that was his gift.



The Gift
Decían que quería verme. Aunque lo más probable era que no me reconociera, o que no estuviera consiente. Pero era necesario verlo porque no quedaba más tiempo. Me preguntaba cómo estaría, si la impresión de verlo nuevamente sería tolerable o el dolor por saber que pronto ya no estaría vivo me haría salir de ahí, o ni siquiera llegar… pero ya estaba en camino.

Al entrar a su casa me invadió esa sensación que sólo conocen aquellos que han pasado por la agonía de alguien querido, como un olor penetrante de flores que llega de golpe, lo inunda todo, colmando a todos, todo: el rostro de las personas que lo querían —su familia y amigos— que habían estado los últimos días a pesar de su deseo, pendientes de él, del desenlace. Por eso me sorprendió encontrar en medio de esa sensación el brillo de la esperanza, ese terrible mal, en el rostro de su hermana. Difícilmente pude saludar; el recuerdo de otras visitas aunque escasas me hizo volver a dudar si mi presencia era grata o desagradaba a tal punto que sólo porque me había llamado ese ser especial ahora postrado era aceptada, aunque temporalmente. Y fue su hermana quien también intentó llevarme hasta donde se hallaba. Intentó, porque pese al tiempo transcurrido recordaba muy bien el lugar donde estaba su recámara, así que con un simple gracias conozco el camino dicho de la manera más cortés posible, me enfilé hacia allá.

¿Por qué? era lo que seguía preguntándome; ¿por qué ahora, justamente ahora y después de tanto, tanto tiempo? Tal vez era una manera de escudarme anticipándome, tratando de adivinar la razón de este regreso no planeado, nunca pensado… y con esa expresión en el rostro fue que lo volví a ver de nuevo después de tanto; y que me vio a mí pasados todos estos años. Todo fue natural, como la última vez, espontáneo: ¿Por qué demonios tienes esa cara? Parece que hubieras visto a un muerto, y aquí sólo hay una amante de Kere y tras ese comentario a manera de saludo, mi sonrisa inevitable, natural, transformada como antaño por la suya sin dobleces, como cuando podíamos compartir el mismo humor y tantas otras cosas ahora tan lejanas no sólo en el tiempo sino también en el alma. Y fue volver atrás en un instante a pesar de los años que habían dejado su marca indeleble en nuestros rostros, en su cabello y el mío; en lo que fuimos y nos tocó compartir por una sola vez: en los tiempos muertos.

Y hablamos, hablamos y hablamos; hablamos por tantos años de no hacerlo. Como si todo lo que ocurrió entre ese entonces y lo que nos hizo no estar juntos perdiera relevancia: no doliera más. Pero así era; así pudimos y quisimos verlo. Era tan extraño, peor eso lo comprendí mucho más tarde. Porque se me olvidó completamente la razón por la que estaba ahí; o realmente era aquella otra razón sin saberlo todavía. Así fueron consumiéndose las horas sin sentir, como hacía mucho —toda una vida— no lo hacían. ¿Cómo se puede contar todo lo que nos ha hecho ser lo que somos en un lapso tan corto como una tarde? Aún no lo sé, pero lo logramos. Cuando finalmente llegó el momento de despedirnos, las sensaciones, los sentimientos, todo lo que construimos en esas pocas horas de la nada; los recuerdos rememorados juntos y los creados por separado vertidos aparentemente por el azar, por la nostalgia, por la memoria… qué equivocada estaba, porque nada sucede por casualidad o por descuido, ahora lo sé, ahora que es tan tarde. Aunque tal vez no lo sea tanto. Quiero darte algo, un regalo antes de que te vayas dijo con ese brillo en la mirada, llena de lo que ya no poseería dentro de poco. No es necesario que me des nada; el solo hecho de verte y poder compartir el aire, los recuerdos, la vida a través aún de la palabra me es suficiente regalo, musité con más emoción que convicción, pero no por esto menos sinceridad; encontrar su presencia así, de esa manera, completa, lúcida y del mismo humor de siempre: esa mezcla entre negro y tierno era el mejor don que nadie pudiera darme. Cierra los ojos repitió tres veces ante mi sorpresa y extrañeza, hasta que agregó por favor, confía en mí a lo cual no pude negarme y cedí. Respira profundamente y relájate; no te pongas nerviosa. Traté de preguntar qué era lo que se proponía; que era absurdo estar en esa postura; intenté reírme pero fue entonces cuando lo sentí. Fue como un leve casi imperceptible calor que inició en mi cintura y que poco a poco comenzó a ascender por el tórax, el pecho… pero no me molestaba en absoluto; al contrario, junto con esa leve brisa cálida que se parecía al dulce aliento de alguien enorme, me confundió una inesperada sensación de paz. Al principio creí que me estaba tomando por la cintura, pues confundí esa agradable sensación calurosa inicial con la electricidad que antaño producían en mi cuerpo sus manos; pero al darme cuenta que en realidad no me tocaba en absoluto mi desconcierto fue total. Sin embargo, al repetir que confiara en él, que no tuviera miedo, me tranquilicé y me dejé envolver en esa reconfortante sensación de paz que continuó ascendiendo por mi garganta, cuello, hasta el rostro y que súbitamente desapareció por la coronilla. Entonces abrí desesperadamente los ojos, porque lo que sentí al final fue similar a haber perdido algo; no sabía bien qué pero me alarmó. No pude preguntar nada porque me encontré con sus ojos que me sonreían pero estaban arrasados en lágrimas: se estaba despidiendo de mí, de la vida.

Poco dijimos después del incidente y fue más con el lenguaje de los sentidos que mediante palabras. Salí de ahí con una parte de mí aniquilada; una parte importante que había rescatada de la nada , del olvido que nos impone el vivir día a día y que de inmediato se había abismado. Qué duro es despedirse aun a sabiendas de que no hay más remedio. Dos días después me avisaron que finalmente había muerto; ¿cómo se fue? pregunté. Me informaron que de la manera más tranquila, agotándose como la luz de una lámpara que ha terminado con su combustible; simplemente se quedó dormido. Después de colgar, aquella sensación de paz que había experimentado a su lado en su casa, me invadió de nuevo: sin quererlo me quedé dormida en el sillón. Antes de despertar soñaba que lo veía y que como siempre que nos encontrábamos nuestra sonrisa era inevitable. Lo vi feliz y me veía a mí feliz de habernos encontrado nuevamente y de   que todo hubiera quedado tranquilo entre nosotros. Nada dijimos pero al decir adiós con un ademán, algo murmuró, pero no pude entenderlo; entonces desperté y al momento, de manera simultánea comprendí todo; en mi sueño repetía lo último que me dijo antes de salir de su casa: disfruta de mi obsequio para que disfrutes de la vida.

Desde entonces puedo respirar normalmente y todos los síntomas de mi enfermedad no sólo dejaron de molestarme: en los siguientes estudios que me realicé, la enfermedad simplemente había desaparecido. El médico dijo que era un milagro. Yo sé que en realidad ese fue su regalo.

viernes, julio 31, 2015

Every Little Thing, Tinka Do…

Jennifer Nettles sings "Every Little Thing", for Tinka…

Baby, I've been waiting, waiting so long for you
Lately, don't even know myself, who I've been turning to
One look and I was gone entirely, life forever changed.
Never knew that I could love somebody, out of my head this way.

And I can't stop, you're all I ever think of.
You've got me wrapped around your finger.
Couldn't let go even if I wanted to.
No baby I can't sleep, your love's got me powerless, I'm in too deep.
Every minute, every hour, I'm just so crazy about every little thing you do.

You smile, that smile so sweet and I'm completely gone.
I surrender, woah oh, you play me just like a song.
One look and I was gone entirely, life forever changed.
Never knew that I could love somebody out of my head this way.

And I can't stop, you're all I ever think of.
You've got me wrapped around your finger.
Couldn't let go even if I wanted to.
No baby I can't sleep, your love's got me powerless, I'm in too deep.
Every minute, every hour, I'm just so crazy about every little thing you do.

I don't need money, I don't need anything
I got all I ever needed everytime you say my name
Baby I just can't believe that you're mine

One look and I was gone entirely, life forever changed.
Never knew that I could love somebody out of my head this way.

And I can't stop, you're all I ever think of.
You've got me wrapped around your finger.
Couldn't let go even if I wanted to.
No baby I can't sleep, your love's got me powerless, I'm in too deep.
Every minute, every hour, I'm just so crazy about every little thing you do.
I'm just so crazy about every little thing you do.
I'm just so crazy about every little thing you do.

martes, julio 28, 2015

The Exodus and Road Flowers



FIRST PAGE

The sea is more consistent than I; red clouds
ortho but my soul kept her dress;
I have eagerly perennial leaves;
my love is an eternal twin of my oblivion.

My mind is a rebel mirror every trace;
my desire is a contortionist pen gracefully
of the wind; the meteorite falling, that's my star;
my joys and my sorrows are streaks in the air.

Mystery craving stirred me and despair;
rider on my pegasos or nauta in my galley,
I'm running after all lure that pretends;
my sister the stork saw me anywhere
the red sun casts miter Sphinx.

I love an eyes while nuance ignored,
I love a mouth while not hear their accents;
I never asked the name of the woman I love,
Caesar for whom I fight, the God I implore,
where oar port, or the direction of the winds.

Fugitive creature that crosses the vain world,
fearing that their exodus prevents the bag,
neither love nor wear suit; and so I go to the arcane,
launching a gesture grain Sower
fruitful of my verses to the groove of my life.

Amado Nervo.




EL ÉXODO Y LAS FLORES DEL CAMINO


PRIMERA PAGINA


El mar es más constante que yo; las nubes rojas
del orto más que mi alma conservan su vestido;
yo tengo la impaciencia perenne de las hojas;
mi amor es un eterno gemelo de mi olvido.

Mi mente es un espejo rebelde a toda huella;
mi anhelo es una pluma funámbula, donaire
del viento; el aerolito que cae, esa es mi estrella;
mis goces y mis penas son trazos en el aire.

El ansia del misterio me agita y desespera;
jinete en mis pegasos o nauta en mi galera,
corriendo voy tras todo señuelo que lo finge;
mi hermana la cigüeña me ha visto dondequiera
que el rojo sol proyecta la mitra de la esfinge.

Amo unos ojos mientras que su matiz ignoro,
amo una boca mientras no escucho sus acentos;
jamás pregunto el nombre de la mujer que adoro,
del César por quien lucho, del Dios a quien imploro,
del puerto adonde bogo, ni el rumbo de los vientos.

Criatura fugitiva que cruza el mundo vano,
temiendo que la alforja sus éxodos impida,
ni traje amor ni llevo; y así voy al arcano,
lanzando con un gesto de sembrador el grano
fecundo de mis versos al surco de mi vida.

Amado Nervo.

domingo, julio 26, 2015

Bullets rain down,
while at the walls of
Ilium dreams of another
distant city Paris.


Balas caen como lluvia,
mientras a los muros de
Ilión sueña con otra
ciudad lejana París.

sábado, julio 25, 2015



Of all the verses of Nervo,
the best would be these:
A pair of rhymed concepts
they can not stop oblivion.


De todos los versos de Nervo,
los mejores podrían ser estos:
Un par de conceptos rimados
no podrán detener el olvido.

viernes, julio 24, 2015

BERCEUSE


I abandon myself in your arms
like every night, as
I do since I was born; taking
gently my head in
your hands, and sing sweetly
ear, as you usually do,
the song of life, to
the day I can wake
where I belong: on your side
always, forever!



BERCEUSE

Me abandono en tus brazos
como todas las noches, como
lo hago desde que nací; toma
suavemente mi cabeza entre
tus manos, y cántame dulcemente
al oído, como sueles hacerlo,
la canción de la vida, hasta
el día que pueda despertar
a donde pertenezco: a tu lado
siempre, eternamente!

jueves, julio 23, 2015

Friduchia


It appeared in the doorway and filled completely. It has been like every day to tell me that it will work and give me the kiss —has always be forever because I can not remember a time before without him giving me all morning. I hear but this morning when the sun pours through my window I do not much want: chubby shit, as if unsure that you're still sleeping with as much women it crosses your path. But no, it's not what makes me feel alien; in this beautiful day really it hurts more than ever. I think will not charge pilgrims this year. How I miss my blue house… but even for this never return. With a fuck whether to return to this world of filth. I do not know how, with whom I have to fix, but not see me again. They will not.

And to think that everything I've endured is part of something that can not understand. Which it was to express myself through painting: that what I felt, thought, wanted. And the worst is that by leaving the soul in these paintings have not paid me right or what I thought was fair: always go chasing what it takes to survive. I'm not too sure anyone really been fully understood. Someday, who knows, all this will be estimated and valued in its proper place… then I will be like Van Gogh, immensely rich but dead. Maybe, but although I'll still be here in Coyoacan I can not see it or enjoy it.

Miranda came as every year the museum he loved. It remained little of her holidays, but she would not leave without visiting again this time, especially after the much hyped film which have left her fascinated openly declared last summer. Eternally gray sky had given her a truce this morning of a rare warm summer day, so slowly walked the few rooms in the museum that seemed smaller than before. But this time every painting could speak directly to her heart, her soul, or was it that now she felt just like the author? Well, not just like it, after all Miranda was in good health. It could be robbed of the soul, however, while immersing herself in every new canvas that appeared before her. The last few days had increased his anxiety: she wanted somehow time pass as quickly as possible to be back at home; while she regretted the uncertainty of what would henceforth be her life: the many new barriers they have to face from now on; the frustration of everyday life so full of joy but also with all its shadows that never go away. She missed her boyfriend which in turn missed and even more jealous because they were too much two months when Miranda told him it was not bad to take vacations. For these and other reasons that escape me, Miranda felt every thorn she saw depicted in the painting, absorbed the aroma of each watermelon which she hated more than anything else (Why can not smell like pineapples or mangoes?) And she approached so close, even for her, to death represented in many skulls. She was overwhelmed, because then for the first time she understood everything that the painter had in his last evening before taking everything it could to never to return.

And I am, who dreamed Miranda this morning in a strange warm summer day and who for all ages it has understood her in its eternal silence, their long times accompanied only lonely, their dark hours. I see her leaving the museum moved out and she looks at me, but when I trying to call her she does not listen to me: I can not speak because my voice carries a rare east wind suddenly began to blow and the sun clouds unexpected. Miranda does not recognize me so suddenly as I appeared in this dream you have, she transforms and raises goes toward the white north.



"Fricuchia"

Apareció en el umbral de la puerta y lo llenó por completo. Ha venido como todos los días a decirme que se va a trabajar y a darme el beso que desde siempre —tiene que ser desde siempre porque ya no recuerdo un tiempo anterior sin él— me da todas las mañanas. Lo escucho pero esta mañana en que el sol se cuela por mi ventana lo hago sin demasiadas ganas: panzón de mierda, como si no supiera que te sigues acostando con cuanta vieja se te cruza por el camino. Pero no, no es esto lo que me hace sentir ajena; en este precioso día me duele mucho más que nunca. Creo que este año no cargo los peregrinos. Cómo extrañaré mi casa azul… pero ni siquiera por esto regresaría. Con una chingada si hay que volver a este mundo de porquería. No sé como, con quien tendré que arreglarme, pero no me volverán a ver. Verán si no.

Y pensar que todo lo que he soportado es parte de algo que no alcanzo a comprender. Que ha sido para poder expresarme a través de la pintura: aquello que sentía, pensaba, deseaba. Y lo peor es que por dejar el alma en esos lienzos no me han retribuido lo justo o aquello que yo creía era lo justo: siempre andar persiguiendo lo necesario para subsistir. Tampoco estoy muy segura de que alguien verdaderamente haya comprendido cabalmente. Algún día, quién sabe, todo esto será estimado y valorado en su apropiado lugar… seré entonces como Van Gogh, inmensamente rica pero muerta. Puede ser, pero aunque estaré todavía aquí en Coyoacán no podré verlo ni disfrutarlo.

Miranda entró como cada año al museo que tanto le gustaba. Le quedaban poco a sus vacaciones, pero no quería irse sin visitarlo también esta vez, sobre todo después de la tan traída y llevada película de la cual declaraba abiertamente haberla dejado fascinada el verano pasado. El cielo eternamente gris le había dado una tregua esta tibia mañana de un raro día de verano, así que recorrió lentamente las escasas salas del museo que le pareció más pequeño que antes. Pero esta vez cada pintura pudo hablare directamente a su corazón, a su alma, o ¿sería que ahora se sentía justamente como la autora? Bueno, no justamente como ella, después de todo Miranda gozaba de buena salud. Pudo dejarse robar el alma, sin embargo, mientras se sumergía en cada nuevo lienzo que aparecía ante ella. Los últimos días había aumentado su ansiedad: quería que de alguna manera el tiempo pasara lo más rápido posible para estar nuevamente en su hogar; al mismo tiempo le pesaba la incertidumbre de lo que sería en adelante su vida: las múltiples y nuevas barreras a las que tendría que enfrentarse de ahora en adelante; la desazón de la vida cotidiana  tan llena de alegrías pero también  con todas sus sombras que nunca desaparecen. Extrañaba mucho a su novio el cual a su vez la extrañaba y la celaba todavía más, pues respondía que eran demasiado dos meses cuando Miranda le decía que no era malo tomar vacaciones.  Por estas y otras razones que se me escapan, Miranda sintió cada espina que vio representada en el óleo, absorbió el aroma de cada sandía el cual detestaba más que otra cosa (¿por qué no puede oler como las piñas o los mangos?) y se acercó demasiado, incluso para ella, a la muerte representada en tantas calaveras. Quedó abrumada, porque entonces por primera vez entendió todo lo que la pintora había sentido en su última tarde antes de tomarse todo lo que pudo para no regresar nunca más.

Y estoy yo, con quien ha soñado Miranda esta tibia mañana en un extraño día de verano. y quien desde todos los siglos la ha comprendido en todos sus eternos silencios, sus largos ratos acompañados únicamente de soledad, sus horas oscuras. La miro salir conmovida del museo y ella me mira, pero al tratar de  llamarla no me escucha: no puedo hablar porque mi voz se la lleva un raro viento del este que súbitamente ha comenzado a soplar y nubla este sol no esperado. Miranda no me reconoce y así repentinamente como aparecí en este sueño que tienes, se transforma y elevándose se va hacía el blanco norte.

miércoles, julio 22, 2015

Farewell day


Opposite the coffee that we like so much, I enjoy purity lines also you loved as much as I loved those that define you. Time is another huge distance that separates us from this similarly strange place. Dismissal time for Miranda as much as for me. The freshness of the night completes the circle initiated. Warm night that contrasts with your cold white birthday against this blue that turns green and then black. Named place on the last day, colored by something that you need, as I need you. It will coincide with your anniversary in which you will not think me. Farewell day, last night on earth. Missed persecuted moon, as you now in my memories.



"Día de despedida"

Frente al café que tanto nos gusta, disfruto de una pureza de líneas que se también te encantaron, tanto como a mí las que te definen. El tiempo es otra enorme distancia que nos separa de este similarmente extraño lugar. Hora de despedida para Miranda tanto como para mí. El frescor de la noche completa el círculo iniciado. Tibia noche que contrasta con tu frío cumpleaños blanco, contra este azul que se vuelve verde y después negro. Lugar nombrado en el último día, coloreado de algo que te falta, como tú a mí. Coincidirá con tu aniversario en el que tú no me pensarás. Día de despedida, última noche de la tierra. Extrañada luna perseguida, como tú ahora en mis recuerdos.

martes, julio 21, 2015

To My Ghosts


Reconstruct the steps of Miranda in the Antequera, it is difficult and easy at the same time. The sites and the sky are the same: easy to imagine her. The path that led her and brought her it's also equals; monotony and majesty are something else. Because although the monotonous road to reach was the same for her and for me, the magnificence of the landscape for me minimizes me, I plunge me; while for she it's indifferent, bored and make her sleep. Miranda asleep going to earth between the clouds, and I learning to smoke by a woman. Miranda's blonde and simple trail in the middle of the black-green Oaxacan night, accompanied by all that is equal to her; she's not alone. And the veil of Isis that draws back and shows me just for a minute and makes me host of paradise. On this night of cold and stars everything is clear to me: nobody escapes his blind fate. Me neither. This is the Epiphany. Then everything falls into place. City of Strangers, but curiously the same as usual, this and all other: wonderfully awful. The space is running out just like the time too. Creatures of habits, Miranda wild returns to the white tundra that made his birth, while I desperate to get back to mine: known boredom, but necessary to mitigate this other boredom. Need for silence, and shout from the rooftops. Loneliness  felt it besides Miranda. Certainty that all remain unfinished. As the world is.


"A mis fantasmas"

Reconstruir los pasos de Miranda en la Antequera, es difícil y sencillo a la vez. Los sitios y el cielo son los mismos: imaginarla fácil. El camino que la llevó y la trajo también es igual; la monotonía y la majestad son otra cosa. Porque si bien el monótono camino para llegar fue igual para ella y para mí, la magnificencia del paisaje a mí me minimiza, me abisma; mientras que a ella la deja indiferente, la aburre y la duerme. Miranda dormida camino de la tierra entre las nubes, y yo aprendiendo a fumar por una mujer. La rubia y sencilla cauda de Miranda en el medio de la verdinegra noche oaxaqueña, acompañada de todo lo que es igual a ella; no está sola. Y el velo de Isis que se descorre y por sólo un minuto me muestra y hace huésped del paraíso. En esta noche de frío y estrellas todo queda claro para mí: nadie elude a su ciego destino. Tampoco yo. Esta es la Epifanía. Después todo vuelve a su sitio. Ciudad de extraños, pero curiosamente los mismo de siempre, ésta como todas las demás: maravillosamente horrible. El espacio se acaba, como el tiempo también. Animales de costumbres, Miranda salvaje vuelve a la tundra blanca que le hizo nacer, mientras desespero por volver a las mías: hastío conocido, pero necesario para mitigar este otro hastío. Necesidad de silencio, y de gritarlo a los cuatro vientos. Soledad sentida al lado de Miranda. Certeza de que todo quedará inconcluso. Igual que el mundo.

lunes, julio 20, 2015

Regresando a casa

[…]
Pálido reflejo a su vez de
la vista de una ciudad que
descansa, se mueve sobre el río
abajo, y que nos hace sentir que
no somos extranjeros:

estamos tal vez, sólo regresando a casa.

jueves, julio 16, 2015

Vlad Miriță: "Maria" from "West side story" by Leonard Bernstein




The most beautiful sound I ever heard: 
Maria, Maria, Maria, Maria . . . 
All the beautiful sounds of the world in a single word . . 
Maria, Maria, Maria, Maria . . . 
Maria! 
I've just met a girl named Maria, 
And suddenly that name 
Will never be the same 
To me. 
Maria! 
I've just kissed a girl named Maria, 
And suddenly I've found 
How wonderful a sound 
Can be! 
Maria! 
Say it loud and there's music playing, 
Say it soft and it's almost like praying. 

Maria, 
I'll never stop saying Maria! 

The most beautiful sound I ever heard. 
Maria.

Altra Fragmentum III

Camina todos los días
por las calles de Praga,
y Praga la contempla…
Asombrada por la belleza
de la ciudad, se extraña
al verse en el reflejo:
nocturno sol; en las aceras
el agua la sueña,
la desea.
A caballo entre siglos,
sus ágiles piernas la llevan
mientras los transeúntes
la miran,
pero su sonrisa no los
ilumina, los aleja.
Alijo de sueños en
piedra, el aire denso
del invierno, las nubes
ligeras del verano, la
lluvia que no la suelta,
se maravillan cuando
a las palomas, sus versos
les canta, como la
historia se cuenta a sí
misma en las plazas de Praga.

lunes, julio 13, 2015

Altra fragmentum II

Me despeina en la cama,
pero también en la calle,
cuando me ve, cuando me sueña,
la imagino sentada al café,
dibujando prisioneras palabras.

domingo, julio 12, 2015

Love

»Love, you see, is the one force that cannot be explained, that cannot be broken down to a chemical process. It is the beacon that guides us back home when no one is there, and the light that illuminates our loss. Its absence robs us all pleasure of our capacity for joy. It makes our nights darker and days gloomier. But when we find love no matter how wrong, how sad, or how terrible we cling to it, it gives us our strength, it holds us upright. It feeds on us and we feed on it. Love is our grace. Love is our downfall«.

TheStrain, 2014.

sábado, julio 11, 2015

Altra fragmentum…

Son cuatro notas y cuatro colores,
el turquesa del cielo, el rojo de
los sueños y las reinas, el cristal
que suena en Bohemia, el negro
de la noche y el blanco de la luna,
todos te dibujan, te aman, te crean.

viernes, julio 10, 2015

Fragmento


[…]
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

Jorge Luis Borges, Ajedrez, en El hacedor, 1960.

Krzysztof Kieslowski's Cinema Lesson in Three Colors: Blue

sábado, julio 04, 2015

Vivaldi: Sum in medio tempestatum, RV 632


Sum in medio tempestatum
quasi navis agitata,
conturbata, inter horridas procellas.
Hinc horrores, hinc terrores,
fremunt venti, nescio portum
nec amicas cerno stellas.

viernes, julio 03, 2015

Sonámbulas palabras

»¿Y qué son después, en el cuerpo enamorado, los sonidos callados del deseo, esos zumbidos tenaces que sólo los implicados escuchan? Dicen que su escritura, su signo, es todo el cuerpo en su extensión y en movimiento. Cada cuerpo es como una palabra sonámbula que camina y se vuelve otra a cada paso, a cada instante«.

Alberto Ruy Sánchez, Nueve veces el asombro, 2005.

miércoles, julio 01, 2015

Books

Music and books she says… and books mean literature and for me, good literature. A history then: a few years ago, I walking down my street to take the bus. The street is quite wide and with trees in one side and departments in other and usually I walk in the middle of the banquette, so imagine my surprise when I see that it rains books from the top of a brick building just at mi side!  How can someone just trow out the books by the window? No idea. I stop and choose into the mess of the books in the side of the path: "Leonardo Da Vinci, Cuaderno de notas", can you believe this? Leonardo like garbage! Remembering now I can't believe it yet!

In the house we always treat the books like something sacred, but not in the biblical sense! but like something that contained within it the knowledge. I'm not sure what was my first book besides of those of the school gave us every year, but probably was an Iliad and Odyssey together book or maybe a four books collection of science that includes a book with dinosaurs; the last contains black and white plates of the saurian and I made some drawings that I still have; maybe you want to see them someday. I remember another couple of books, very large books of dinosaurs but in color, and one magnificent book in italian of… Leonardo! These very large books were my father. It was a strange destiny with Homer's book cause I read it many years after I received. Then I read it in a edition that was made by the National University around the 20's of the XX century under the direction of José Vasconcelos, Antonieta Rivas Mercado great love and singular Mexican writer. And that reading motivates me to study greek and latin in the National University. Needless to say that my skills for languages and my eternal indolence would not let me learn as much as would have liked, but fruit of those years were my first two books, so I think it was not all lost.

But if there's a capital book in my library, and author that changes everything, that would be Amado Nervo, the poet of Nayarit. In a little red book of the publisher Aguilar I discovered the power of words and that these, the majority new to me, could engender beauty. And what a beauty! Even now, so many years away from adolescence, I still believe unsurpassed in beauty, many of the verses of Nervo:

»Esta niña dulce y grave,
tiene un largo cuello de ave,«

»Oro sobre acero (Eibar y Toledo) han de ser tus amores.«

»Luengos años duró el castillo, 
sus ruinas duran ya mil. «

»Pasas por el abismo de mis tristezas
como un rayo de luna sobre los mares,
[…]
Ya tramonta mi vida; la tuya empiezas;«

»Todo en ella encantaba, todo en ella atraía:
su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar...
El ingenio de Francia de su boca fluía.
Era llena de gracia, como el Avemaría;
¡quien la vio no la pudo ya jamás olvidar!«

»¡No cedas ni a los hombres ni a los ángeles! 
(Con un ángel luchó Jacob, inerme, 
por el espacio entero de una noche, 
… y el ángel le bendijo, complaciéndose 
en la suprema audacia del mancebo, 
a quien llamó Israel, porque era fuerte 
contra Dios…) ¡Ama mucho: el que ama embota 
hasta los aguijones de la muerte!«

»Del abismo brota el dia…«

If I start with Nervo, also as endless. There is so much I owe to those who have given away books, books that change your life, it is impossible to set a value to them. But above all, invaluable is the fact that a book take you to another and another and so on forever. I remember as a child I imagined heaven, paradise, as a place where all knowledge was, that is, all the existing books and future, and the same idea I found it much later in a verse of Borges along to Kafka, Rabbi Judá Leon's cat and The Golem, and Prague, your's Prague so close to your heart…

One last story: a few days ago, again in the morning, get off to throw trash in the container and at the top of the reservoir found a pile of books ... again like crap and now not only in Spanish but also in English. As you can imagine, I went back to the apartment to add them to my collection.

lunes, junio 29, 2015

Fórmula

»El sexo tiene ese efecto en mí. Me gusta cómo me demacra el rostro, cómo me hace envejecer bien. Los ojos ya me los ha cambiado.

Me forma un pliegue en la comisura de la boca cuando no sonrío, me ha dejado los labios blandos, elásticos. Me ajará los pechos. He decidido que me dejaré tocar mucho, que me vengaré del tiempo haciendo el amor.

Mucho. He decidido seguir siendo bella en la cama.

Quiero resultar tan interesante que le cuerpo deje de importarle al que me mire.

Los hombres querrán hacer el amor con la parte intocable de mi ser.

Y así nunca seré vieja, ni aun cuando tenga la cara como una uva pasa, cuando sea toda arrugas. No me da miedo. Dentro de veinte años estaré maravillosa.

Sabré mucho más que ahora. El amor, el semen, me mantendrán bella. Lo sé. Mucho más que ahora.

Ya querría tener más años«.

Valentina Maran, El hombre que me baña, 2008.

sábado, junio 27, 2015

Símil lunar

»Que el deseo en los ojos de las mujeres es parecido al brillo de la luna: ilumina toda desnudez con mayor calma. Pero provoca también una decidida fuerza de gravedad que atrae tanto a los hombres como a las mujeres«.

Alberto Ruy Sánchez, Nueve veces el asombro, 2005.

martes, junio 23, 2015

Music

My music you said? Music fill all my world since ever. Just now I'm listening such a great disc, an old one but truly good. About the music, the young Zarathustra was right when he said in "Twilight of the Idols": "Without music, life would be a mistake". Music runs in the family, you know? So always was something with us in everyday life, natural.
They asks me how many discs I have, but honestly I don't know. Maybe around three thousand more or less. Most of them are in boxes otherwise will be impossible to store in. Of course, these days there are no more discs, but there was a time when have them was the thing…
So what are in my music library? Almost all, or more precisely, almost all the good music. Besides the obvious: classical music, jazz, pop, crossover, some rock but also blues, country, Cuban and world music too, for say something. I still remember the first CD I bought: was Beethoven's moon-light sonata of CBS, before was buy it by Sony with Vladimir Horowitz as interpreter.
And I still don't tell you about the cassettes (tapes) and the vinyl LP's what, of course, I posses too. But that, perhaps, I can tell you in other time.

P.S. Which reminds me, I don't buy yet Diana Krall's most recent CD…
Maybe it's time to do it…

lunes, junio 22, 2015

Altra

Siouxsie & The Banshees: Melt!

You are the melting men
You are the situation
There is no time to breathe
And yet one single breath
Leads to an insatiable desire
Of suicide in sex
So many blazing orchids
Burning in your throat
Making you choke
Making you sigh
Sigh in tiny deaths
So, melt
My lover, melt
She said melt
My lover, melt
You are the melting men
And as you melt
You are beheaded
Handcuffed (in lace and blood and sperm)
Swimming in poison
Gasping in the fragrance
Sweat carves a screenplay
of discipline and devotion
So, melt
My lover, melt
She said melt
My lover, melt
Can you see?
See into the back of a long, black car
Pulling away from the funeral of flowers
With my hand between your legs
Melting.