Recibí el golpe esperado: mi bien amada acaba de abandonarme.
Mientras la tuve, era fácil despreciar el amor y exaltar todos los renunciamientos.
Cerca de tu bien amada, ¡ay Khayyám, qué solo estabas!
¿Comprendes? Se fue para que tú pudieras refugiarte en ella…
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