Mucho aprendí y mucho olvidé también por propia voluntad. En mi memoria cada cosa ocupaba su lugar.
Así, lo que estaba a la derecha no podía pasar a la izquierda.
Sólo conocí la tranquilidad el día que repudié todo con desprecio.
Comprendí al cabo que no es posible afirmar ni negar nada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario