no alcancen; muchos tienen que inhumar a sus hijos,
procrear de nuevo; y muerte fue asignada a todos;
esto al género humano, sin fruto angustia causa;
vuelta a tierra la tierra debe ser, y la vida,
cual mies, segada a todos. Así manda el Destino. [Ananque]
Eurípides, Hipsípila, en Cicerón, Discusiones Tusculanas, libro III, XXV.
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