miércoles, noviembre 16, 2011

Obscuridad

A ti, oscuridad de la que vengo,
te amo más que a la llama
que limita el mundo
y brilla sólo
para algún círculo
fuera del cual ningún ser sabe de ella.

Pero la oscuridad lo retiene todo:
formas y llamas, animales y a mí,
tal como los atrapa,
personas y poderes.
Y puede que una gran fuerza
cerca de mí se agite.
Creo en las noches.


Amo las horas oscuras de mi ser
en las que se ahondan mis sentidos;
en ellas, como en viejas cartas,
hallo mi vida cotidiana ya vivida
y lejana y olvidada como una leyenda.


Apágame los ojos: puedo verte;
ciérrame las orejas: puedo oírte,
y sin pies puedo andar hacia ti,
y aun sin boca puedo invocarte.

Arráncame los brazos y te asiré
con el corazón como con una mano,
detén mi corazón y latirá mi cerebro,
y si incendias mi cerebro
te llevaré en mi sangre.

Rainer Maria Rilke, El libro de las horas.

(Via My Pagan Poetry)

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