miércoles, noviembre 28, 2007


Otro antiguo, pero significativo

Recordando la fecha de
tu cumpleaños, te rememoro
así: alta como no lo
serás nunca; lo mismo que
rubia, y con tus manos que
sí serán las mismas de
siempre. (Pero ahora mágicas,
porque con ellas haces vibrar
todo a tu alrededor)

Aunque no tengo nostalgia
de tu presencia, te sigo
viendo como la última
vez que estuvimos en el
mismo sitio: adivino
tu cuerpo blanco sin otro
par de cosas que tu vestido
negro y tus sandalias
iguales pero de verano.

Y es la misma emoción de
siempre que no me dejará
nunca, la que acompaña
todos los momentos, entre
tus leoninos rasgos, y el
sabor inevitable de tu
voz que meciéndome me
lleva contigo a diario,
donde quiera que estés.

¡Sonríeme como solías
hacerlo, para estar
feliz nuevamente!
Porque aunque David no
cante, lo he rescatado
de la muerte, como a ti,
sintiéndonos alegres de
pensar en ti estándolo,
aunque ignorándolo, lo presientas.

Nueve veces lo he pensado
y tienes razón: no sólo
congénita, sino sofocante:
esta locura será por siempre.

sábado, noviembre 17, 2007

Para que se deleiten la pupila…


…con las de ella, otra imago de Ash.

Todo el crédito es tanto para el autor de la fotografía como para el responsable de escanearla. ¡Salud!

miércoles, octubre 31, 2007


Uno más para terminar por hoy:


Esplende pura en el
alto cielo la luna;
y bajo su luz he
dibujado tu perfil
con mi mirada; así
ni el estratega quemando
sus naves podrá borrarlo.

Fragmento de luna
tu rostro, que recortado
entre las sombras,
asemeja al de los
ángeles de la penumbra.

Tu luz llena mi
melancolía, absorto,
maravillado de
iridiscencias azules:
es tu sonrisa la que
me aguarda por siempre.

Sigo en adelante
con la memoria
tu faz azulada:
terraza de audiencias
a ese claro de luna,

que pese a lo nuevo
de este ciclo, finalmente
venciendo, resurgirá.


¡Salud a todos!




Hoy algo de mi cosecha. Aunque un poco viejo espero les guste.


Extraña mía,
cuánto camino
para llegar a tu
lado; cuánta
espera inagotable
que me ha gastado
todos los días,
como el agua
de los ríos a
la tierra.

Me tienes en
tu boca, porque
tu boca me
aprisiona y
me pronuncia;
me formulas como
una palabra que
sólo Dios y tú
saben articular.

Adivinándote todos
estos siglos, me
adivinaste; regocijo
que nos perderá,
pero en otro momento,
no ahora que en tu
boca me tienes.