»La tierra que habitamos es un error, una incompetente parodia. Los espejos y la paternidad son abominables, porque la multiplican y afirman. El asco es la virtud fundamental. Dos disciplinas (cuya elección deja libre el profeta) pueden conducirnos a ella: la abstinencia y el desenfreno, el ejercicio de la carne o su castidad.«
Jorge Luis Borges, El tintorero enmascarado Hákim de Merv, en Historia universal de la infamia, 1935.
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