viernes, marzo 21, 2014

Sacrificio

»La saliva es el elemento propiciatorio por excelencia, el único en que los dos gestos del sacrificio —expulsión y comunión— convergen. La saliva se expulsa, como sustancia impura; pero también se mezcla y asimila en otra sustancia afín, en el eros«.

Roberto Calasso, Las bodas de Cadmo y Harmonía,  1994.

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