miércoles, junio 19, 2013

Alma venturosa

Al promediar la tarde de aquel día,
cuando iba mi habitual adiós a darte,
fue una vaga congoja de dejarte,
lo que me hizo saber que te quería.

Leopoldo Lugones, Alma venturosa, fragmento, en Las horas doradas, 1922.

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