domingo, junio 30, 2013

Theology

»Do you want to see what human eyes have never seen? Look at the moon. Do you want to hear what ears have never heard? Listen to the bird's cry. Do you want to touch what hands have never touched? Touch the earth. Verily I say that God is about to create the world.«

Borges, The Theologians, in Labyrinths, edited by Donald A. Yates and James E. Irby, 1964.

sábado, junio 29, 2013

Ella Fitzgerald & Louis Armstrong: Learnin' The Blues


The tables are empty, the dance floor's deserted
You play the same love song, it's the tenth time you've heard it
That's the beginning, just one of the clues
You've had your first lesson in learnin' the blues

The cigarettes you light one after another
Won't help you forget her and the way that you love her
You're only burnin' a torch you can't lose
'Cuz you're on the right track for learnin' the blues

When you're at home alone
The blues will taunt you constantly
When you're out in a crowd
The blues will haunt your memory

The nights when you don't sleep, the whole night you're crying
You can't forget her, soon you even stop trying
You'll walk the floor and wear out those new shoes
When you feel your heart break, you're learnin' the blues

When you're at home alone
The blues will taunt you constantly
When you're out in a crowd
The blues will haunt your memory

The nights when you don't sleep, the whole night you're crying
Well, you can't forget her, soon you even stop trying
You'll walk the floor and wear out your shoes
When you feel your heart break, you're learnin' the blues
You feel your heart break, you're learnin' the blues

jueves, junio 27, 2013

Eternity

»"[…]eternity —that is to say, the immediate knowledge of all the things that will be, which are and which have been in the universe"«.

Borges, Death and The Compass, in Labyrinths, edited by Donald A. Yates and James E. Irby, 1964.

martes, junio 25, 2013

Yo soy los otros

»Lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres. Por eso no es injusto que una desobediencia en un jardín contamine al género humano; por eso no es injusto que la crucifixión de un sólo judío baste pata salvarlo. Acaso Schopenhauer tiene razón: yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres, Shakespeare es de algún modo el miserable John Vincent Moon«.

Borges, La forma de la espada, fragmento; en Artificios, 1944.

Any man is all men

»Whatever one man does, it is as if all men did it. For that reason it is not unfair that one disobedience in a garden should contaminate all humanity; for that reason it is not injust that the crucifixion of a single Jew should be sufficient to save it. Perhaps Schopenhauer was right: I am all other men, any man is all men, Shakespeare is in some manner the miserable John Vincent Moon«.

Borges, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, in Labyrinths, edited by Donal A. Yates and James E. Irby, 1964.

domingo, junio 23, 2013

Sofisma

»Él había recordado: Copulation and mirrors are abominable. El texto de la Enciclopedia decía: Para uno de esos gnósticos, el visible universo era una ilusión o (más precisamente) un sofisma. Los espejos y la paternidad son abominables (mirrors and fatherhood are hateful) porque lo multiplican y divulgan«.

Borges, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, fragmento; en El jardín de senderos que se bifurcan, 1941.

Sophism

»For one of those gnostics, the visible universe was an illusion or (more precisely) a sophism. Mirrors and fatherhood are abominable because they multiply and disseminate that universe«.

Borges, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, in Labyrinths, edited by Donald A. Yates and James E. Irby, 1964.

sábado, junio 22, 2013

viernes, junio 21, 2013

Abominación

»los espejos y la cópula son abominables, porque multiplican el número de los hombres«.

Borges, fragmento de Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, en El jardín de senderos que se bifurcan, 1941.

Abomination

»mirrors and copulation are abominable, because they increase the number of men«.

Borges, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, in Labyrinths, edited by Donald A. Yates and James E. Irby, 1964.

jueves, junio 20, 2013

Nice work if you can get it: Sting



The man who only live for making money
Lives a life that isn't necessarily sunny;
Likewise the man who works for fame
There's no guarantee that time won't erase his name
The fact is
The only work that really brings enjoyment
Is the kind that is for girl and boy meant.
To fall in love -- you won't regret it.
That's the best work of all -- if you can get it.

Holding hands at midnight
'Neath a starry sky...

Nice work if you can get it.
And you can get it -- if you try.
Strolling with the one girl
Sighing sigh after sigh...
Nice work if you can get it.
And you can get it -- if you try.

Just imagine someone
Waiting at the cottage door.
Where two hearts become one...
Who could ask for anything more?

Loving one who loves you,
And then taking that vow...
Nice work if you can get it,
And if you get it --

Oh won't you tell me how?

miércoles, junio 19, 2013

Alma venturosa

Al promediar la tarde de aquel día,
cuando iba mi habitual adiós a darte,
fue una vaga congoja de dejarte,
lo que me hizo saber que te quería.

Leopoldo Lugones, Alma venturosa, fragmento, en Las horas doradas, 1922.

lunes, junio 17, 2013

Música…

»Di al fin con la única solución para poblar la espera: la estricta y vasta música: Bach«.

Joreg Luis Borges, La memoria de Shakespeare, 1983.

domingo, junio 16, 2013

IF / Je sais nager (Clip officiel)



Así es también canta: además de ser considerada como la mejor actriz de su generación y haber pasado a la historia del cine por participar en dos filmes de Kieślowski, Irène Jacob nos deleita con su voz…

viernes, junio 14, 2013

Memoria

»La memoria del hombre no es una suma; es un desorden de posibilidades infinitas«.

Jorege Luis Borges, La memoria de Shakespeare, 1983.

miércoles, junio 12, 2013

Sala de psicopatología

[…]
se separó
fue demasiado lejos en la soledad
y supo —tuvo que saber— que de allí no se vuelve
se alejó —me alejé— no por desprecio (claro es que nuestro orgullo es infernal) sino porque una es
extranjera
una es de otra parte,
ellos se casan,
procrean,
veranean,
tienen horarios,
[…]

Alejandra Pizarnik, fragmento,1971.


lunes, junio 10, 2013

La rosa de Paracelso


De Quincey: Writings, XIII, 345

En su taller, que abarcaba las dos habitaciones del sótano, Paracelso pidió a su Dios, a su indeterminado Dios, a cualquier Dios, que le enviara un discípulo. Atardecía. El escaso fuego de la chimenea arrojaba sombras irregulares. Levantarse para encender la lámpara de hierro era demasiado trabajo. Paracelso, distraído por la fatiga, olvidó su plegaria. La noche había borrado los polvorientos alambiques y el atanor cuando golpearon la puerta. El hombre, soñoliento, se levantó, ascendió la breve escalera de caracol y abrió una de las hojas. Entró un desconocido. También estaba muy cansado. Paracelso le indicó un banco; el otro se sentó y esperó. Durante un tiempo no cambiaron una palabra.

El maestro fue el primero que habló.

—Recuerdo caras del Occidente y caras del Oriente —dijo con cierta pompa. —No recuerdo la tuya. ¿Quién eres y qué deseas de mí?

—Mi nombre es lo de menos —replicó el otro. —Tres días y tres noches he caminado para entrar en tu casa. Quiero ser tu discípulo. Te traigo todos mis haberes.

Sacó un talego y lo volcó sobre la mesa. Las monedas eran muchas y de oro. Lo hizo con la mano derecha. Paracelso le había dado la espalda para encender la lámpara. Cuando se dio vuelta advirtió que la mano izquierda sostenía una rosa. La rosa lo inquietó.

Se recostó, juntó la punta de los dedos y dijo:

—Me crees capaz de elaborar la piedra que trueca todos los elementos en oro y me ofreces oro. No es oro lo que busco, y si el oro te importa, no serás nunca mi discípulo.

—El oro no me importa —respondió el otro.— Estas monedas no son más que una parte de mi voluntad de trabajo. Quiero que me enseñes el Arte. Quiero recorrer a tu lado el camino que conduce a la Piedra.

Paracelso dijo con lentitud:

—El camino es la Piedra. El punto de partida es la Piedra. Si no entiendes estas palabras, no has empezado aún a entender. Cada paso que darás es la meta.

El otro lo miró con recelo. Dijo con voz distinta:

—Pero, ¿hay una meta?

Parecelso se rió.

—Mis detractores, que no son menos numerosos que estúpidos, dicen que no y me llaman un impostor. No les doy la razón, pero no es imposible que sea un iluso. Sé que “hay” un Camino.

Hubo un silencio, y dijo el otro:

—Estoy listo a recorrerlo contigo, aunque debamos caminar muchos años. Déjame cruzar el desierto. Déjame divisar siquiera de lejos la tierra prometida, aunque los astros no me dejen pisarla. Quiero una prueba antes de emprender el camino.

—¿Cuándo? —dijo con inquietud Paracelso.

—Ahora mismo —dijo con brusca decisión el discípulo.

Habían empezado hablando en latín; ahora, en alemán.

El muchacho elevó en el aire la rosa.

—Es fama —dijo— que puedes quemar una rosa y hacerla resurgir de la ceniza, por obra de tu arte. Déjame ser testigo de ese prodigio. Eso te pido, y te daré después mi vida entera.

—Eres muy crédulo —dijo el maestro.— No he menester de la credulidad; exijo la fe.

El otro insistió.

—Precisamente porque no soy crédulo quiero ver con mis ojos la aniquilación y la resurrección de la rosa.

Paracelso la había tomado, y al hablar jugaba con ella.

—Eres crédulo —dijo.— ¿Dices que soy capaz de destruirla?

—Nadie es incapaz de destruirla —dijo el discípulo.

—Estás equivocado. ¿Crees, por ventura, que algo puede ser devuelto a la nada? ¿Crees que el primer Adán en el Paraíso pudo haber destruido una sola flor o una brizna de hierba?

—No estamos en el Paraíso —dijo tercamente el muchacho; aquí, bajo la luna, todo es mortal.

Paracelso se había puesto en pie.

—¿En qué otro sitio estamos? ¿Crees que la divinidad puede crear un sitio que no sea el Paraíso? ¿Crees que la Caída es otra cosa que ignorar que estamos en el Paraíso?

—Una rosa puede quemarse —dijo con desafío el discípulo.

—Aún queda fuego en la chimenea —dijo Parecelso.

—Si arrojamos esta rosa a las brasas, creerías que ha sido consumida y que la ceniza es verdadera. Te digo que la rosa es eterna y que sólo su apariencia puede cambiar. Me bastaría una palabra para que la vieras de nuevo.

—¿Una palabra? —dijo con extrañeza el discípulo–. El atanor está apagado y están llenos de polvos los alambiques. ¿Qué harías para que resugiera?

Paracelso le miró con tristeza.

—El atanor está apagado —repitió— y están llenos de polvo los alambiques. En este tramo de mi larga jornada uso de otros instrumentos.

—No me atrevo a preguntar cuáles son —dijo el otro con astucia o con humildad.

—Hablo del que usó la divinidad para crear los cielos y la tierra y el invisible Paraíso en que estamos, y que el pecado original nos oculta. Hablo de la Palabra que nos enseña la ciencia de la Cábala.

El discípulo dijo con frialdad:

—Te pido la merced de mostrarme la desaparición y aparición de la rosa. No me importa que operes con alquitaras o con el Verbo.

Paracelso reflexionó. Al cabo, dijo:

—Si yo lo hiciera, dirías que se trata de una apariencia impuesta por la magia de tus ojos. El prodigio no te daría la fe que buscas: Deja, pues, la rosa.

El joven lo miró, siempre receloso. El maestro alzó la voz y le dijo:

—Además, ¿quién eres tú para entrar en la casa de un maestro y exigirle un prodigio? ¿Qué has hecho para merecer semejante don?

El otro replicó, tembloroso:

—Ya sé que no he hecho nada. Te pido en nombre de los muchos años que estudiaré a tu sombra que me dejes ver la ceniza y después la rosa. No te pediré nada más. Creeré en el testimonio de mis ojos.

Tomó con brusquedad la rosa encarnada que Paracelso había dejado sobre el pupitre y la arrojó a las llamas. El color se perdió y sólo quedó un poco de ceniza. Durante un instante infinito esperó las palabras y el milagro.

Paracelso no se había inmutado. Dijo con curiosa llaneza.

—Todos los médicos y todos los boticarios de Basilea afirman que soy un embaucador. Quizá están en lo cierto. Ahí está la ceniza que fue la rosa y que no lo será.

El muchacho sintió vergüenza. Paracelso era un charlatán o un mero visionario y él, un intruso, había franqueado su puerta y lo obligaba ahora a confesar que sus famosas artes mágicas eran vanas.
Se arrodilló, y le dijo:

—He obrado imperdonablemente. Me ha faltado la fe, que el Señor exigía de los creyentes. Deja que siga viendo la ceniza. Volveré cuando sea más fuerte y seré tu discípulo, y al cabo del Camino veré la rosa.

Hablaba con genuina pasión, pero esa pasión era la piedad que le inspiraba el viejo maestro, tan venerado, tan agredido, tan insigne y por ende tan hueco. ¿Quién era él, Johannes Grisebach, para descubrir con mano sacrílega que detrás de la máscara no había nadie?

Dejarle las monedas de oro sería una limosna. Las retomó al salir. Paracelso lo acompañó hasta el pie de la escalera y le dijo que en esa casa siempre sería bienvenido. Ambos sabían que no volverían a verse.

Paracelso se quedó solo. Antes de apagar la lámpara y de sentarse en el fatigado sillón, volcó el tenue puñado de ceniza en la mano cóncava y dijo una palabra en voz baja. La rosa resurgió.

Jorge Luis Borges, en La memoria de Shakespeare, 1983.

sábado, junio 08, 2013

Noches

—No hago otra cosa que buscar y no encontrar. Así pierdo las noches.
[…]
—Yo creo en las noches —dijo.
Alejandra Pizarnik, Textos de Sombra, 1972.

viernes, junio 07, 2013

martes, junio 04, 2013

Unchain My heart: Hugh Laurie



Unchain my heart… Baby let me be
Unchain my heart… 'Cause you don't care about me
You've got me sewed up like a pillow case
But you let my love go to waste so unchain my heart… Set me free

Unchain my heart… Baby let me go
Unchain my heart… 'Cause you don't love me no more
Every time I call you on the phone
Some fella tells me that you're not at home
So unchain my heart… Set me free

I'm under your spell like a man in a trance
But I know darn well, that I don't stand a chance

Unchain my heart

Let me me go my way
Unchain my heart
you worry me night and day
Why lead me through a life of misery
when you don't care a bag of beans for me so unchain my heart… Set me free

Unchain my heart
Let me me go my way
Unchain my heart
You worry me night and day
Why lead me through a life of misery
when you don't care a bag of beans for me so unchain my heart…
Set me free

Unchain my heart…
Set me free

domingo, junio 02, 2013

Changes: Hugh Laurie



Everyone is facing changes
no one knows what's going on.
And everyone is changing places
still the world keeps moving on.

Love must always change to sorrow
and everyone must play the game,
because it's here today and gone tomorrow
still the world goes on the same.

Love must always change to sorrow
and everyone must play the game,
because it's here today and gone tomorrow
still the world goes on the same.

It's here today and gone tomorrow
still the world goes on the same.

sábado, junio 01, 2013

15 Fantastic Freckle Photos

You can put this image collection down into the slightly silly category but I just spent a fun hour looking at portraits that feature people with freckles.
A young stranger: Quebec Rainbow gathering 2009: Gäya 7 years old
I’m not sure why I ended up on this quest – perhaps it’s some subconscious therapeutic activity from growing up as the red headed kid with freckles – but I love some of these shots.
While the freckles in many of these shots have been highlighted a little with some post production – hopefully they provide some of you fellow freckle faced photographers with some inspiration :-)
Click the images to be taken to the photographers Flickr page to learn more about them and the images in this post.
Project: Art Installation Japan
mermaid
Stranger #77
grazie.
La réalité est lente, changé de direction
ninel
Infinity
The future is bright
the freckled boy
Passin' the Time
indian summer
La réalité est lente, changé de direction
little merman
Untitled

Post originally from: Digital Photography Tips.

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15 Fantastic Freckle Photos